Los manglares no son un ecosistema más en el rompecabezas climático: son una piedra angular. Para los países con litoral, la protección de los manglares en el marco de sus Contribuciones Azules Determinadas a Nivel Nacional (Blue NDC) es esencial para hacer frente tanto a la crisis climática como al rápido declive de los ecosistemas marinos.
Invertir en los manglares significa invertir en un futuro resiliente, con seguridad alimentaria, biodiversidad y bajas emisiones de carbono. No podemos permitirnos perder esta oportunidad.
A medida que la comunidad mundial intensifica sus esfuerzos para cumplir los objetivos del Acuerdo de París, el océano se ha convertido cada vez más en víctima y solución de la crisis climática. En este contexto, los manglares, uno de los ecosistemas de carbono azul más poderosos y amenazados, ocupan un lugar fundamental. No sólo son aliados clave en la mitigación del cambio climático, sino que también sirven como amortiguadores contra los peligros costeros y ejes de la seguridad alimentaria. Su importancia se extiende a la adaptación, la mitigación y el desarrollo sostenible, lo que los hace indispensables para el éxito de cualquier CDN azul.
Los manglares son uno de los bosques más ricos en carbono de los trópicos, con una capacidad de almacenar carbono hasta cuatro veces superior a la de los bosques terrestres. Los densos sistemas radiculares y los ricos suelos de estos bosques azules secuestran grandes cantidades de CO₂, que permanecen retenidas durante siglos. Proteger y restaurar los manglares es una solución rentable y basada en la naturaleza para reducir las emisiones, precisamente el tipo de estrategia que fomenta el enfoque Blue NDC.
Además, la conservación de los manglares ofrece resultados inmediatos: emisiones evitadas por la deforestación, mayor secuestro a través de la restauración y almacenamiento de carbono a largo plazo. En todas las acciones forestales tropicales, los manglares deberían incluirse en el ámbito de trabajo.
Aunque su capacidad de secuestro de carbono es significativa, los manglares son igualmente vitales para aumentar la resiliencia climática. Sirven de barreras naturales contra las mareas de tempestad, las inundaciones y la erosión costera, peligros que están empeorando con la subida del nivel del mar y la mayor frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos. Las comunidades costeras protegidas por manglares sanos sufren menos daños y se recuperan más rápidamente tras las tormentas. Invertir en la conservación de los manglares es, por tanto, invertir en infraestructuras de adaptación rentables y sostenibles.
Los manglares son zonas de cría de una gran variedad de peces, crustáceos y moluscos que sustentan la pesca artesanal y comercial. Estos ecosistemas sustentan los sistemas alimentarios y las economías locales, especialmente en el Sur Global. Millones de personas dependen directamente de los ecosistemas ricos en manglares para su ingesta de proteínas y sus ingresos. La degradación de los manglares se traduce a menudo en la disminución de las poblaciones de peces y en una mayor vulnerabilidad de los pescadores artesanales. Incluir la protección de los manglares en las NDC azules ayuda a garantizar la seguridad alimentaria a largo plazo y apoya los medios de subsistencia alineados con la sostenibilidad de los océanos.
La integración de la conservación y restauración de los manglares en las NDC azules ofrece una triple ventaja poco frecuente: reducir las emisiones, aumentar la resiliencia costera y mantener la biodiversidad y los sistemas alimentarios de forma simultánea.
Lanzado en la COP27, el Avance de los Manglares pretende movilizar 4.000 millones de dólares para proteger y restaurar 15 millones de hectáreas de manglares de aquí a 2030. Respaldada por Brasil y otros 39 gobiernos, junto con más de 100 instituciones financieras, ONG y centros de investigación, esta iniciativa es fundamental para desplegar políticas positivas para los manglares y aumentar las inversiones.
Para apoyar este esfuerzo, el Grupo de Trabajo de Breakthrough sobre las NDC ha desarrollado una serie de recursos políticos prácticos que ofrecen orientación técnica para que los países reconozcan y aprovechen los beneficios de adaptación y mitigación climática de los manglares dentro de sus NDC.
A pesar de su potencial transformador, los manglares siguen desapareciendo a un ritmo alarmante debido a la conversión de tierras, la expansión de la acuicultura y el desarrollo de infraestructuras. Las Blue NDC ofrecen un mecanismo político concreto para invertir esta tendencia. Ofrecen a los países la oportunidad de establecer objetivos ambiciosos para la protección, restauración y gestión sostenible de los manglares, vinculando la acción oceánica con la ambición climática y los objetivos de desarrollo sostenible (ODS). Estas medidas deben estar respaldadas por una gobernanza integradora, mecanismos financieros y una planificación con base científica.